El arte es azul, afirmaba Víctor Hugo, y el pulso, es la vibración cósmica del universo, de allí este título que abordan en esta conjunción de ideas poéticas, que a diferentes latitudes y al paso de los años, podemos contemplar los sueños destrozados y gastados en el cansancio de observar la marginación en que han sido arrojados los pueblos de estos tres inquietos observadores sociales.