Cuando un ser muere se pueden experimentar una gran cantidad de sentimientos, emociones, pensamientos y comportamientos. A veces, es difícil reconocerlos y separarlos pues se dan de manera simultánea y nos envuelven en un torbellino que parece arrastrarnos, llevándonos de una emoción a otra, incluso, a una radicalmente opuesta. Es normal sentir todo esto. Lo cierto es que hemos perdido a una persona importante para nosotros y al percatarnos de está pérdida, comenzamos un proceso de duelo.